El Sindicato de Teamsters obtuvo importantes concesiones de UPS el martes para evitar una huelga masiva, pero otros conflictos laborales aún continúan en los EE. UU.
El nuevo acuerdo alcanzado para los más de 300.000 conductores de UPS incluyó un aumento salarial de $2,75 por hora este año y un aumento de $7,50 por hora durante la duración del nuevo contrato de cinco años. Los trabajadores a tiempo parcial, a quienes a menudo se les paga mucho menos que a los empleados a tiempo completo, verán que sus salarios aumentan inmediatamente a por lo menos $21 por hora.
Según UPS, el repartidor promedio actualmente gana $95,000 por año.
El acuerdo, que aún debe ser ratificado por los trabajadores, también agrega el Día de Martin Luther King a la lista de vacaciones pagadas y termina con las horas extras forzadas en los días libres.
Sin embargo, los acuerdos siguen siendo esquivos en otros enfrentamientos en el lugar de trabajo, ya que los sindicatos han pasado a la ofensiva en las industrias de entrega, automotriz y entretenimiento.
El ambiente económico y político en los EE.UU. está maduro para huelgas o al menos amenazas de huelgas. Con un desempleo bajo y un presidente ferozmente favorable a los sindicatos en la Casa Blanca, los sindicatos ahora sienten que tienen la ventaja en la mesa de negociaciones.
Los pilotos de FedEx rechazaron esta semana una oferta de la empresa que habría aumentado los salarios en al menos un 30%.
La votación para rechazar el acuerdo estuvo reñida, con el 57% de los miembros votando en contra de la medida. Ambas partes acordaron continuar las negociaciones esta semana, lo que implica que siguen cerca de un acuerdo. El sindicato no reveló la razón por la que se rechazó el acuerdo.
La compañía dijo que estaba decepcionada con el resultado de la votación, pero agregó que se reagrupará sin ralentizar el servicio.
A pesar de rechazar el trato, los pilotos de FedEx no pueden retirarse tan pronto como expire su contrato. Los pilotos, al igual que los empleados ferroviarios, se rigen por la Ley de Trabajo Ferroviario, que exige que los trabajadores pasen por negociaciones sindicales exigidas por el gobierno federal antes de poder declararse en huelga.
En Hollywood, la batalla laboral en curso entre el talento y los estudios le ha costado a la industria del entretenimiento más de mil millones de dólares. Tanto el Writers Guild of America como el Screen Actors Guild están en piquetes. Las huelgas, que comenzaron a principios de mayo, casi han cerrado toda la producción de cine y televisión.
Los sindicatos están pidiendo a los estudios cambios en los pagos residuales y mayores regulaciones sobre cómo se usa la IA en la televisión y las películas.
Los trabajadores automotrices también están amenazando con ir a la huelga. El contrato de United Auto Workers vence en septiembre y los negociadores lo están utilizando como una oportunidad para exigir aumentos salariales, así como la expansión de las protecciones en el lugar de trabajo en las nuevas plantas de vehículos eléctricos.